Capítulo 1. Inicios
Norte de Reinos del Este; en sus costas se encuentra una pequeña aldea elfa de sangre. Sus habitantes sufren un constante asedio por parte de los trolls.
Tras años sufriendo estos acosos, un joven cazador llamado Skrap decide tomar medidas. Su propósito... reclutar voluntarios para formar un pequeño contingente y poder así plantar cara.
Una noche se escabulle de la aldea y comienza su andanza por el basto continente, recorriendo aldeas y aprovechando los conocimientos que le otorgan las diferentes razas con las que se va cruzando. Pero su búsqueda de compañeros de armas no tiene fruto y decide volver. Cuando se encuentra de nuevo en las cercanías de su tierra natal, las cosas parece que empiezan a funcionar. En los alrededores de Traquillien y Lunargenta es donde consigue que dos jóvenes brujos, Skrip y Xessien, se unan a su causa. Los tres juntos recorren estas zonas instruyéndose y buscando nuevos fichajes. Al poco tiempo sus caminos se cruzan con Nefis y Vanderlinde, sacerdotisa y cazadora respectivamente. Estos cinco valientes exploran juntos estas tierras enfrentándose a los trolls y liberando la aldea de su amenaza.
Los rumores sobre los logros de este pequeño y peculiar grupo, no tardan en extenderse hasta la ciudad de Entrañas y llegar a los oídos de la reina de los Renegados, Lady Silvanas. Tras escuchar minuciosamente los relatos de las múltiples hazañas llevadas a cabo por estos valientes. Silvanas no duda en hacerlos llamar a su presencia.
Asombrados por tan distinguida invitación, nuestros jóvenes amigos no tardaron en emprender camino.
Silvanas les elogio por sus logros y les propuso colaborar como aliados de los Renegados. Alianza que sin pensar aceptaron inmediatamente. Durante los siguientes meses, el pequeño grupo estuvo recibiendo múltiples entrenamientos, tanto militares, como propios de su clase. Cuando Lady Silvanas, considero que ya estaban listos, les otorgo su primer encargo, ayudar a combatir a la cruzada Escarlata. Para este cometido se unió a sus filas una joven pero prodigiosa maga, conocida con el nombre de Valpirosse.
Con este nuevo miembro entre sus filas se encaminaron al noroeste de Claros de Tirisfal a combatir esa nueva amenaza.
Volviendo victoriosos, demuestran a la reina que su decisión fue acertada. Esta no duda en recompensarlos y seguir contando con su colaboración.
El tiempo trascurre, los honores ganados aumentan, así como sus miembros, ya que se han unido a este, Anarki, un talentoso paladín y Mörgana, una bruja no menos especial. Su reputación también va en aumento, esta vez es en Orgrimmar donde no para de comentarse la curiosa historia de este pequeño grupo de guerreros que colaboran con los Renegados. El mismísimo Thrall se siente intrigado y decide hacerlos llamar.
Skrap no sale de su asombro mientras un emisario del mismísimo gran jefe de la Horda le hace entrega de una misiva firmada por él, requiriendo la presencia del grupo en la capital de Durotar.
Una vez informada Lady Silvanas del requerimiento llevado acabo por el gran jefe orco, les otorga el permiso pertinente para emprender viaje a Orgrimmar. El viaje se hace ameno y distendido. Algunos de los miembros algo emocionados, pues no habían viajado nunca en zeppelín y menos aun a otro continente, no pueden contener su emoción. Skrap en la cubierta sonríe, mientras ve a Anarki y Valpirosse discutir otra vez. Después desvía la vista al horizonte y se sume en sus pensamientos, no da crédito al giro que han dado sus vidas en poco tiempo.
De repente una dulce voz de elfa, que le dice:
"Es impresionante, ¿¿verdad??. El mismísimo Thrall requiriendo nuestra presencia…. ¿¿No te asusta lo rápido que van sucediendo las cosas??,”
le saca de su ensimismamiento. La voz es de Xessien. Skrap la mira preguntándose, si tendrá el poder de leer la mente. Está viendo la cara que pone el cazador le dice esbozando una pequeña sonrisa:
"no, no lo tengo, pero es fácil adivinar lo que piensas".
Girándose hacia donde se encuentran los dos compañeros que discuten y volviendo a sonreír, añade:
"si no fuera porque sé que se aprecian, aun que sea en el fondo, me preocuparían".
La conversación de ambas partes fue interrumpida por el grito de un pequeño goblin que anuncia la llegada a Orgrimmar. Nuestros amigos toman aire y se recomponen las vestiduras. Sus nervios se hacen notar en sus formas de respirar. Al descender la torre y pisar por fin suelo, emprenden camino acompañados por los emisarios de la ciudad. En formación con Skrap a la cabeza, franquean la entrada de la enorme capital. Asombrados por la cantidad de gente que se para a mirarles y murmurar. Tras atravesar toda la ciudad hasta el valle de la sabiduría, donde al fondo un imponente edificio se alza, dejando claro quien se encuentra en su interior.
Al verles llegar Thrall se levanta del trono desde el que preside la sala, nuestros amigos hacen una pequeña reverencia como gesto de respeto.
Tras una larga charla, Thrall les explica que les ha hecho llamar porque quiere que se unan a la Horda, en su lucha contra la Alianza y la Plaga. El asombro se dibuja en las caras de los jóvenes. Es Skrap quien toma la palabra, explicándole que se encuentran al servicio de Lady Silvanas y que aunque es un grandísimo honor, deben consultarlo con ella. Es entonces cuando Thrall, esboza una sonrisa y exclama:
"Esa es la respuesta que quería oír, me estáis demostrando, que aparte de ser bravos guerreros, también sois personas de palabra y honor, no os preocupéis por la reina de los Renegados, ya que esta, también colabora con nosotros y cuando os dejo partir ya estaba informada de mis intenciones, y para que veáis que es cierto aquí tenéis la carta con su respuesta"
Skrap recoge la misiva que el jefe orco le tiende y la lee. Efectivamente Silvanas está al tanto de todo, tras devolvérsela, hecha una pequeña mirada a sus compañeros y le dice:
"creo que hablo por todos mis compañeros al decir que... en nuestros corazones bulle el ansia de ver nuestro mundo libre de toda amenaza y será un honor luchar y morir, si hiciera falta, por ello. Será un honor formar parte de la Horda".
Al terminar la frase un grito resuena en la habitación, todos los presentes exclaman al unísono:
"¡¡POR LA HORDA!!".
Thrall les da las siguientes indicaciones:
"seguiréis actuando como una unidad, a veces las misiones las haréis solos y en otras ocasiones en compañía de otras unidades. A ti Skrap te nombro líder del grupo, así que dime con que nombre os debemos de conocer??".
Skrap responde:
"Mi señor, nuestras aspiraciones nunca fueron tan grandes, solo queríamos librar a mi aldea de la amenaza troll y ya que los sucesos se han ido llevando a cabo tan rápido, nunca nos paramos a pensar en tal detalle".
Thrall se pone a deambular al rededor de ellos pensativo...
“a partir de ahora se os conocerá como... Skrulls. Llevarlo con honra y cargarlo de logro”.
Ahora es el pequeño grupo quien grita al unísono:
"¡¡ POR LA HORDA!!”
